La carne moja. Para no pensar, para no buscar. Se comprime para no hablar, se tensa para no saber. El fuego que envuelve una tarjeta recuerda que es mejor no encontrar. Y la música, boba, se repite infinita, cubre silencios que no debería escuchar. Entre gotas de evasión, esas pecas que una vez fueron paz se borran, en la espera, nuevas pecas aparecen, se dejan leer. Y ciego, torpe, brota el sabor de la ilusión.
29 septiembre 2010
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1 comentario:
¡Volviste a escribir! Enhorabuena, es una excelente noticia.
Te mando un abrazo.
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